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Ubicada sobre una cueva a orillas del río Duero, entre los cerros de Santa Ana y el monte de las Ánimas, la Ermita de San Saturio es uno de los enclaves paisajísticos más bellos y emblemáticos de Soria.

| Un santuario suspendido sobre el Duero
El camino hasta la Ermita de San Saturio comienza en silencio, custodiado por el Monasterio de San Polo, esa puerta templaria que parece medir al viajero antes de dejarle avanzar. Cada paso junto al Duero es un murmullo de agua y hojas, un sendero que te envuelve en calma y misterio, hasta que, de pronto, la ermita aparece suspendida sobre la roca, como si flotara en el aire.
Llegar a San Saturio es entrar en otro tiempo, en otra dimensión. El río se curva a sus pies y lo abraza, mientras el templo parece guardar un secreto que solo revela a quienes lo buscan de verdad.
Para poder acceder a ella tendremos que ir al Monasterio Templario de San Polo.
| Monasterio Templario de San Polo
A orillas del río Duero, nos encontramos este monasterio templario, el templo es de finales del S. XII o comienzos del S. XIII, habitado hasta 1.312, año en el cual la Orden del Temple fue suprimida.
El antiguo acceso a la ermita debía realizarse forzosamente a través de San Polo, los monjes guerreros dominaban aquella zona, controlaban dicho paso.

Una puerta con arco de medio punto atravesaba el camino que conducía hasta la ermita de San Saturio, por lo que se habilitó un pequeño túnel para el paso (1586-1590).
En el interior hay un manantial, estelas medievales y una leyenda que indica que el “Cristo Cillerero” de la cruz de gajos que hay en San Juan de Rabanera estuvo en San Polo cuanto éste era templario. A pesar de no poder acceder al interior, por ser una propiedad privada, merece la pena disfrutar de su hermoso paraje.

El monasterio de San Polo inspiró a poetas como Antonio Machado, Gerardo Diego y Gustavo Adolfo Bécquer que situó en este entorno sus hermosas y misteriosas leyendas de “El Rayo de Luna”.
Entre sus muros…
Gustavo Adolfo Bécquer
Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia; lo que puedo decir es que en su fondo hay una verdad, una verdad muy triste, de la que acaso yo seré uno de los últimos en aprovecharme, dadas mis condiciones de imaginación.




| De San Polo a San Saturio: un paseo místico junto al Duero en Soria
Desde el monasterio de San Polo, un hermoso paseo siguiendo el curso del río y los chopos de la ribera, nos acerca a través de los versos de Antonio Machado a visitar la Gruta-Ermita de San Saturio.
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria —barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra (….)
Antonio Machado


| La magia de llegar caminando por el Duero
La ermita se alza como un nido sobre el acantilado, sostenida entre piedra y cielo. Sus muros blancos contrastan con la roca que la protege, y desde el sendero uno siente que no es obra humana, sino un milagro de la naturaleza y la fe.
El Duero, al reflejarla, multiplica su belleza: la ermita no está una sola vez, está dos, suspendida arriba y dibujada abajo en el agua.



| El exterior: la ermita imposible
La Ermita se sitúa en un precioso escenario, a orillas del río Duero y encima de una antigua gruta de origen visigodo, la Cueva de Peñalba, en la cual, vivió y fue enterrado San Saturio,

La ermita se alza como un nido sobre el acantilado, sostenida entre piedra y cielo. Sus muros blancos contrastan con la roca que la protege, y desde el sendero uno siente que no es obra humana, sino un milagro de la naturaleza y la fe.
El Duero, al reflejarla, multiplica su belleza: la ermita no está una sola vez, está dos, suspendida arriba y dibujada abajo en el agua.
Se construyó en el mismo enclave en el que se levantaba la antigua iglesia de San Miguel de la Peña, una construcción obra de los caballeros templarios que residían en el antiguo monasterio de San Polo.
| El interior: la gruta y la fe
Entrar en la ermita es entrar en una cueva sagrada. La gruta donde vivió San Saturio, eremita del siglo VI, aún conserva esa desnudez austera que habla de retiro y renuncia.
El contraste llega cuando subes a la capilla barroca, donde los frescos, dorados y altares resplandecen con una luz casi celestial. Es como si dos mundos convivieran: la humildad del eremita y el esplendor de la devoción.

Primeramente nos encontramos la sala de reuniones del llamado Cabildo de los Heros, después, se encuentra el oratorio de San Miguel donde San Saturio asentó un pequeño altar a San Miguel Arcángel y la Ventana del Milagro narra el fenómeno en una vidriera de uno de los milagros de san Saturio salvando a un niño que se había precipitado al río. La imagen de Santa Ana recuerda la ermita ubicada en el cerro que acoge este templo.








Salas expositivas, vivienda del santero, las asignadas al Ayuntamiento y los Canónigos, o la sacristía donde se custodia una talla gótica de Cristo crucificado, dan paso a la iglesia.
| La leyenda de San Saturio
Cuenta la tradición que en el siglo VI el noble soriano Saturio tras fallecer sus padres, repartió sus riquezas entre los pobres y marchó a vivir a unas cuevas junto al Duero.

Allí en un sobrio y místico oratorio, en honor a San Miguel Arcángel, viviría durante treinta años de forma eremítica.
Varios fueron los milagros que se le atribuyeron al luego Patrón de Soria. Según la leyenda, cuando Saturio vio llegar a un joven de nombre Prudencio que quería cruzar el río a nado, le advirtió del peligro que conllevaba. Todo el mundo suponía que se ahogaría por la corriente pero el joven llegó sano y salvo a la orilla, con sus prendas secas pues pasó sobre la capa de San Saturio que lo acogió como discípulo y se encargó de instruirlo hasta su muerte.
Fue Prudencio quien se encargó de enterrarle y de promover la creencia en el Santo.

La devoción hacia el eremita creció hasta el punto de construir la ermita en su honor y nombrarlo patrón de la ciudad, por aclamación popular en 1628, culto y patronazgo que fue ratificado oficialmente por el Papa Benedicto XIV en 1743.
| La iglesia
Es un edificio barroco de planta octogonal que se cierra en cúpula con la misma geometría y una linterna para iluminación.

El altar se encuentra un busto relicario del siglo XVII con los restos de San Saturio.
La bóveda, cúpula y muros están adornados con frescos, del pintor barroco soriano Juan Zapata Ferrer, discípulo de Antonio Palomino.
Destacan las paredes decoradas con pinturas murales que narran de forma ordenada pasajes de la vida del Santo.







| El mirador sobre el Duero
Desde los balcones de la ermita, la vista se abre a un Duero inmenso, tranquilo, eterno. El bosque se refleja en sus aguas, los pájaros cruzan el cielo, y uno entiende por qué este lugar es considerado no solo un santuario religioso, sino también espiritual y poético.
Fue aquí donde Gustavo Adolfo Bécquer encontró inspiración, escribiendo algunas de sus leyendas más intensas, pues este rincón parece nacido para alimentar la imaginación y el alma.
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Leer más| Cómo llegar
En la orilla izquierda del Duero, saliendo de Soria por la N-234, a unos 650 m del Puente de Piedra Medieval , aparece el antiguo monasterio de San Polo. Desde el aparcamiento a la Ermita de San Saturio hay un paseo de poco más de 1 km. La entrada es gratuita.
2 km de Patrimonio Cultural y Natural




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