No todos los lugares están hechos para que te sientes a contemplar el horizonte en paz. Algunos te atraen… y al mismo tiempo te ponen en alerta. Lugares donde el aire es más denso, donde el rumor del agua no relaja, sino que te susurra algo que no entiendes. Así es la Cueva del Agua, en Isla Plana, Murcia.

A simple vista parece un rincón curioso, escondido junto al mar. Pero basta acercarse un poco, mirar dentro, sentir el frescor húmedo del interior y ese leve murmullo constante… para notar que algo no encaja del todo.

La historia más conocida habla de una joven que acudía cada tarde a esperar a su amor, un pescador perdido en el mar. Dicen que sus lágrimas dieron origen a las aguas termales de la cueva, y que desde entonces, el manantial nunca ha dejado de brotar.
Un relato tierno… pero hay otros que no lo son tanto.

La gente del lugar lo sabe. Habla bajito cuando se menciona la cueva. Porque no son pocas las vidas que se ha cobrado su interior.

• Accidentes durante el buceo, atrapamientos, desorientación…
• Incluso hay quien afirma haber oído lamentos, voces o ecos extraños desde dentro.

Y aunque parte de todo esto esté cubierto por el velo de la leyenda, la advertencia es real: la cueva es peligrosa. Su belleza no debe confundirse con seguridad.

Una cavidad de origen natural en el litoral de Isla Plana, junto a la antigua piscifactoría. Desde lo más profundo de la sierra brota un manantial de agua dulce a temperatura constante –alrededor de 30 °C– que se mezcla con el agua del mar, creando una especie de jacuzzi natural subterráneo, casi místico.

Lo que la hace única no es solo su rareza geológica, sino su complejidad. Esta cueva no es superficial ni sencilla. Es un verdadero laberinto submarino, lleno de pasadizos estrechos, salas ocultas, recovecos invisibles a simple vista.

Hasta la fecha, los espeleobuceadores han explorado más de 2.500 metros de galerías sumergidas, convirtiéndola en la cueva subacuática más grande de España en agua termal.
Se sospecha que aún hay más zonas sin descubrir.

Esta red de pasajes, cuevas y sifones es de una belleza sobrecogedora… pero tremendamente peligrosa. La mezcla de agua dulce y salada reduce la visibilidad, las estrechas galerías provocan desorientación, y el terreno es muy inestable.

No está abierta al público, ni se debe entrar sin la debida experiencia y permisos.

Años 60 – Primeras inmersiones locales
Pescadores y curiosos se sumergen con medios rudimentarios. Se conoce la entrada y algunos metros iniciales, pero no se entiende su complejidad.

1980 – Exploraciones oficiales
Clubes de espeleología comienzan los primeros mapeos. Se confirman las propiedades termales del manantial y se accede a salas más profundas.

1996 – Avance técnico y primeros planos
Con equipos más modernos de buceo autónomo, se exploran hasta 1.200 metros de galerías. Se empieza a entender la magnitud del sistema.

2002 – Fallecimiento de un buceador
Una tragedia recuerda la peligrosidad del lugar. Se intensifican los controles y se restringe el acceso a equipos altamente especializados.

2010 – Se supera el kilómetro y medio explorado
Los sifones más profundos revelan nuevas cámaras. El agua sigue emergiendo caliente y dulce, incluso a cientos de metros bajo la montaña.

2020 – Más de 2.500 metros descubiertos
Se traza un mapa tridimensional parcial. Se confirma que la cueva aún no ha sido completamente explorada. Las zonas inexploradas pueden extenderse hasta el interior de la Sierra de la Muela.

• No está habilitada para el baño ni el acceso turístico.
• Aunque muchos locales saben llegar, el interior es extremadamente peligroso.
• No se debe entrar sin experiencia, equipo especializado y guía autorizada.
• Aún desde fuera, el entorno es frágil: respeta la zona, no dejes residuos, no dañes las rocas.

Sí, pero no como quien va a un mirador más.
Vas a una historia. A un eco antiguo. A un lugar que despierta más preguntas que respuestas.
A veces no necesitas entrar para sentir que estuviste allí.

La Cueva del Agua no es una postal de Instagram. Es una advertencia disfrazada de belleza.
Un susurro que no acaricia: te advierte.

• Salida desde Cartagena, por la RM-E22.
• Parada en La Azohía, para una cerveza frente al mar y ver los barquitos.
• Continuar hasta Isla Plana. Deja la moto y acércate caminando hacia la costa hasta encontrar el antiguo edificio de la piscifactoría. Desde allí, la cueva está a pocos metros.
• Disfruta del paseo con respeto. Observa. Escucha.
• Luego puedes alargar el día visitando Mazarrón y sus calas escondidas.

Ruta total aprox.: 50-60 km ida y vuelta
Carretera local, buen firme, poco tráfico y vistas espectaculares del Mediterráneo.