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Mi ruta siempre se detiene en Vigo
Siempre que tengo la oportunidad, hago lo posible por detener el viaje en Vigo. No importa si voy de paso hacia otro destino o si la ruta me obliga a bordear la ría, hay algo en esta ciudad que me atrapa una y otra vez, como si el Atlántico me susurrara que aquí el tiempo se vive de otra manera.

Vigo es puerto y es vida. Su silueta se abre como un balcón sobre la ría, con grúas que parecen gigantes en reposo y barcos que entran y salen sin descanso. Uno de los puertos pesqueros más grandes del mundo late aquí, y basta con pasear por sus muelles para sentir el pulso de una ciudad que vive con la mirada siempre puesta en el mar.






Pero más allá de la fuerza industrial, Vigo es hospitalidad y callejeo. Me encanta perderme por su casco viejo, donde las piedras aún guardan el eco de los marineros y comerciantes que un día lo habitaron. Pasear por la Praza da Constitución, con sus soportales llenos de vida, es como entrar en un salón abierto al aire libre. Desde allí me dejo llevar por las callejuelas que suben y bajan entre edificios antiguos, hasta llegar a la Concatedral de Santa María, el corazón espiritual de la ciudad.





Uno de mis rincones favoritos es la Praza da Pedra, donde el mercado de ostras convierte la visita en un festín para los sentidos. Allí, las marisqueras abren con destreza las conchas y las sirven fresquísimas, con un buen albariño como acompañante. Comer en Vigo no es solo un placer: es casi un rito, una celebración que empieza en la mesa y termina en el recuerdo.
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RESEÑA- Calle de las Ostras (Rúa da Pescadería), Vigo
Calle de las Ostras (Rúa da Pescadería), Vigo.Una tradición con sabor a mar y albariño.Hay lugares que forman parte del alma de una ciudad. Para mí, la Calle de las…
Leer másSiguiendo el paseo, las calles se van mezclando con el presente más vibrante. Tiendas, bares y tabernas se entrelazan con fachadas históricas, y la vida se respira en cada esquina. El Monte do Castro, con su parque y sus vistas panorámicas de la ría y de las islas Cíes, siempre me regala un respiro. Allí, entre cañones antiguos y jardines cuidados, el horizonte se abre y el viaje parece detenerse.
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El Monte do Castro: la atalaya donde nació Vigo
Hay lugares que parecen haber nacido para recordar al viajero que la esencia de una ciudad no siempre se descubre en sus calles más concurridas, sino en esos rincones donde…
Leer másY luego está el puerto, inmenso e inabarcable, que marca el pulso de la ciudad. Desde el paseo marítimo, la vista es un espectáculo: barcos de pesca, cargueros, veleros y ferris conviven como si todos formaran parte de una misma coreografía. Cuando aparco la moto y me acerco a contemplar cómo el sol se despide sobre las islas, entiendo por qué tantos se enamoran de Vigo sin remedio.

Qué ver y hacer en Vigo
- Casco Vello: Piérdete por sus calles empedradas, la Praza da Constitución y la Praza da Pedra con el mercado de ostras.
- Concatedral de Santa María: Un imprescindible en pleno corazón histórico.
- Monte do Castro: Subir hasta el castillo para disfrutar de las mejores vistas de la ría de Vigo.
- Puerto y paseo marítimo: Desde aquí puedes tomar excursiones hacia las islas Cíes o simplemente disfrutar del bullicio marinero.
- Playas urbanas: Samil y O Vao son dos clásicos para sentir la brisa del Atlántico.
- Gastronomía: No dejes de probar ostras, mejillones, mariscos frescos y acompañarlos de un buen albariño.

Cómo llegar Vigo
Llegar a Vigo es sencillo y, como todo en Galicia, merece la pena disfrutar también del trayecto.
- En moto o coche: Vigo está conectada por la AP-9 (A Coruña–Tui) y por la A-52 (desde Ourense), aunque si prefieres el viaje lento y con encanto, siempre recomiendo tomar carreteras secundarias que bordean las rías y regalan paisajes únicos.
- En tren: La estación de Vigo-Urzaiz conecta la ciudad con A Coruña, Santiago, Ourense y Madrid en tren de alta velocidad.
- En avión: El Aeropuerto de Vigo-Peinador, a solo 10 km del centro, ofrece vuelos nacionales y algunas conexiones internacionales.
- En barco: Desde el puerto parten ferris hacia Cangas, Moaña y, en temporada, a las Islas Cíes.
Para quienes viajamos en moto, Vigo tiene un detalle práctico: se puede aparcar casi en cualquier parte, pero si prefieres dejar la moto a buen recaudo, recomiendo el parking subterráneo del centro comercial A Laxe, justo en el puerto. Desde allí, el casco antiguo y la célebre calle de las ostras están a un paso.
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MAPA– Qué ver y hacer en Vigo
Cómo llegar a Vigo
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Para mí, Vigo es un lugar de encuentro. Un puerto que no solo recibe barcos, sino también recuerdos. Una ciudad que combina el alma marinera con la modernidad, y que siempre me invita a volver. Aquí, cada visita es distinta, cada parada un descubrimiento.
-SUKI








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