Cudillero siempre tiene ese aire mágico de los pueblos marineros auténticos. Y en medio de su famosa plaza, rodeada de fachadas coloridas que ascienden como un anfiteatro natural, descubrimos el Restaurante Isabel, un lugar que nos ofreció mucho más que una buena comida, nos regaló una experiencia.

Desde el primer momento, el ambiente fue muy agradable. El personal nos atendió con amabilidad y cercanía, haciendo que todo fluyera con naturalidad. El local está muy bien ubicado, justo en el corazón de Cudillero, lo que lo convierte en un punto perfecto para ver pasar la vida del pueblo mientras comes.

Pero lo que realmente convierte a este restaurante en algo especial es el detalle que lo diferencia: justo enfrente tienen una pescadería, y es de ahí mismo de donde traen el pescado que vas a comer. Te lo enseñan, te explican qué han traído fresco ese día y, si lo deseas, puedes elegir tú mismo. Una experiencia que solo encuentras en pueblos con alma marinera.

Los sabores son auténticos, platos de la tierra elaborados con respeto al producto y una cocina que no necesita artificios. Cada bocado tenía ese equilibrio entre tradición y sencillez que tanto se agradece. El pescado, por supuesto, fue el gran protagonista: fresco, jugoso y perfectamente cocinado.

Sin duda, ha sido un gran placer culinario. Un restaurante que entiende que comer bien es también disfrutar del lugar, del trato y del momento.

Después de disfrutar de una comida excelente en el Restaurante Isabel, ubicado en la pintoresca Plaza de la Marina de Cudillero, aprovecha para completar la jornada con una ruta cargada de paisajes marineros, miradores y cultura local.

• Plaza de la Marina y puerto viejo
  Este es el corazón del pueblo: pequeñas terrazas, casas de colores que parecen colgar de la ladera y un puerto pesquero auténtico donde aún se desembarcan y subastan capturas del día. Es el primer paso y el mejor punto para orientarte en Cudillero.
• Ruta de los miradores
  Sube por las cuestas y escaleras hacia el Mirador del Pico, el Mirador del Baluarte, La Garita, Atalaya o Cimadevilla. Cada uno ofrece panorámicas únicas del pueblo, la bahía y la sierra. Son el modo ideal de conocer el pueblo desde todos los ángulos.
• Iglesia de San Pedro y callejear por Cudillero
  Disfruta del casco histórico atravesando callejuelas empedradas y llenas de vida. No te pierdas la Iglesia de San Pedro, desde donde se observan las vistas más auténticas del antiguo puerto.

• Faro de Cudillero (a unos 20 min andando desde el centro)
  Un faro del siglo XIX sobre acantilados abruptos. Aunque no se puede visitar por dentro, los alrededores son un mirador natural con vistas espectaculares al Cantábrico. Ideal para un paseo tranquilo al atardecer.
• Palacio de la Quinta de Selgas (~2 km del centro)
  Conocido como el «Versalles asturiano», este palacio del siglo XIX cuenta con una impresionante colección de arte y jardines que merecen una visita relajada.
• Playas cercanas
  • Playa del Silencio: una cala virgen rodeada de acantilados, ideal para desconectar y disfrutar de un baño en aguas cristalinas.
  • La Concha de Artedo, Gueirúa, Oleiros o San Pedro de la Ribera: distintas playas salvajes y protegidas, accesibles en moto, con paisajes inolvidables.