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No sé si existe una palabra exacta para lo que sentí al llegar a la Playa de Antilles. Tal vez asombro, tal vez gratitud. O simplemente silencio. Ese que llega cuando la belleza es tan rotunda que no admite ruido. Esta playa, escondida entre los verdes eternos de Llanes, es uno de esos lugares que parecen dibujados por una naturaleza que no conoce el error.

Dicen que es una de las playas más bonitas del mundo. No lo discuto. Lo afirmo. Porque lo que se ve allí no es solo paisaje, es una emoción. Antilles no se impone, no grita, no reclama atención. Se ofrece, con humildad perfecta, como solo lo hacen los grandes tesoros. Un rincón donde las rocas, el mar, las gaviotas y las vacas parecen haber firmado un pacto ancestral de armonía. Todo encaja, todo respira juntos. Como si alguien hubiese compuesto esta escena para una postal que no necesita retoques.

La arena es clara, suave, como polvo de nácar. El agua, limpia y serena, oscila entre el azul profundo y el verde esmeralda, reflejando las nubes y el alma del que la mira. Al fondo, los prados se inclinan hacia el mar, y en ellos, como si fuera lo más natural del mundo, pastan vacas sin apuro, ajenas al milagro que protagonizan. Los cencerros suenan a distancia, como si marcaran el ritmo pausado de este pequeño paraíso.

En un rincón, un chiringuito. Discreto, de madera, casi mimetizado con el entorno. No rompe la belleza, la acompaña. Aquí se puede tomar una sidra, un café o simplemente sentarse a contemplar. Es la prueba de que el ser humano puede convivir con la naturaleza sin herirla, sin someterla. Asturias lo ha entendido. Aquí se protege, se cuida, se honra lo que se ama. Y eso se nota en cada playa, en cada senda, en cada piedra sin mover.

Me senté en la arena. Cerré los ojos y escuché. El mar cantaba, las gaviotas respondían, el viento susurraba entre la hierba alta. Todo era armonía. Me sentí pequeña, sí, pero también parte. Parte de un todo que funciona cuando no se le fuerza, cuando se le respeta. Fascinada. Esa es la palabra. Fascinada por esta playa que no solo es paisaje: es una lección.

Antilles no es solo un destino. Es un recordatorio. De lo que el mundo aún puede ser si lo dejamos ser. Un pedazo de cielo caído en Asturias.





Qué ver y hacer en los alrededores
- Playa de Ballota: a escasos minutos, otra joya salvaje, con su característico islote.
- Los bufones de Arenillas: formaciones naturales que escupen agua marina a presión cuando hay oleaje fuerte. Un espectáculo natural impresionante.
- Mirador de Andrín: vistas privilegiadas de la costa, donde el Cantábrico se muestra sin medida.
- Villa de Llanes: su casco histórico, su puerto, su paseo de San Pedro y su aire marinero no se olvidan fácilmente.
- Ruta costera de Llanes: ideal para senderistas. El tramo entre Cué y Andrín ofrece acantilados, playas escondidas y horizontes infinitos.
Ruta de senderismo recomendada por la costa de Llanes
🚶 Ruta costera desde Celorio a Andrín
Dificultad: baja / media | Tiempo: 3–4 horas
Itinerario sugerido:
Celorio – Playa de Borizu – Playa de Poo – Playa de San Martín – Llanes (pasando por el Paseo de San Pedro) – Playa de Antilles – Playa de Ballota – Andrín
Este sendero costero es uno de los secretos mejor guardados de Asturias. Permite descubrir calas escondidas, bufones, acantilados espectaculares y pueblos con sabor a mar.

Dónde comer
- Chiringuito Playa de Antilles: pequeño, rústico, delicioso. Una tabla de quesos asturianos, una sidra bien escanciada y el mar como telón.
- Restaurante La Amistad (en Cué): cocina asturiana casera, trato cercano, muy buena relación calidad-precio.
- Casa Canene (Llanes): para probar fabada, pescado fresco y postres tradicionales como el arroz con leche.

Dónde dormir
- Hotel Rural Cuartamenteru (en Cué): acogedor, con encanto, cerca de las playas.
- La Posada del Rey (Llanes): en pleno centro, para quienes quieren pasear por la villa por la noche.
- Camping Playa de Troenzo: si buscas dormir más cerca aún del mar, en plena naturaleza

Cómo llegar
La Playa de Antilles se encuentra en el concejo de Llanes, al este del Principado de Asturias. Puedes llegar desde el pueblo de Cué, a tan solo 2 km del centro de Llanes, siguiendo la carretera local LLN-2. Hay un pequeño aparcamiento junto al acceso peatonal. El resto se camina: un sendero breve, con vistas al mar, que ya empieza a robarte el aliento antes de llegar a la arena.
Ruta en Moto por Llanes: «De acantilado en acantilado, al ritmo del Cantábrico»
Duración estimada: 1 día completo
Distancia aproximada: 90 km
Ideal para: amantes del mar, la carretera con curvas suaves y los pueblos marineros
🔁 Itinerario:
1. Salida: Llanes (centro histórico)
Comienza el día paseando brevemente por el casco antiguo, lleno de sabor marinero y piedra viva. Tómate un café en la plaza de Santa Ana y prepárate para rodar.
🛵 Carretera: toma la LLN-2 hacia Cué.
2. Playa de Antilles
Primera parada mágica. Una pequeña playa escondida donde el mar se vuelve verde esmeralda. Aparca la moto y baja a contemplar el paisaje. Si vas temprano, tendrás el chiringuito y la brisa solo para ti.
3. Playa de Ballota y Mirador de Andrín
Sigue hacia el este, toma la carretera AS-263 bordeando el litoral. Las curvas suaves son un regalo, y el mirador te dejará sin palabras. Desde aquí, la costa se rompe en belleza.
4. Bufones de Arenillas y Playa de La Franca
Dirígete al oriente, hacia el pueblo de Puertas de Vidiago. Los bufones son una joya geológica. Luego, baja hacia La Franca: extensa, serena y perfecta para estirar las piernas.
🛵 Vía: sigue la N-634 y pequeños desvíos señalizados.
5. Colombres (Archivo de Indianos)
Sube con la moto al corazón de Colombres y visita esta espectacular casona de indianos. Historia, arquitectura y un ambiente tranquilo. Ideal para reponer fuerzas con un pincho en la plaza.
6. Vuelta por el interior: Porrúa – Parres – Llanes
Toma una ruta circular volviendo por el interior. Pasarás por Porrúa, un pueblo etnográfico que parece detenido en el tiempo, y por Parres, donde las vistas a los Picos de Europa son imponentes.
🛵 Carreteras: AS-340, LLN-14, retornando a Llanes por carreteras rurales.
PlanIfica tu ruta
MAPA- Ruta en Moto por Llanes: «De acantilado en acantilado, al ritmo del Cantábrico»
Cómo llegar a la Playa de Antille
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La Playa de Antilles no es solo una playa. Es una declaración de amor de la naturaleza. Es armonía, es poesía en forma de costa. Es el ejemplo perfecto de que la belleza no necesita artificios, solo respeto. Es un lugar que no se mira, se contempla. Y si uno va con el corazón abierto, puede que ya no quiera irse.
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