Hay lugares que no necesitan presentación. Ni palabras grandes. Solo basta con verlos, con estar ahí. La Playa del Silencio es uno de esos rincones que te dejan sin aliento… y con el corazón lleno.

Fue una de mis primeras rutas por la costa asturiana. Llegar hasta ella en moto es ya una delicia, curvas suaves entre eucaliptos, olor a mar en cada respiro y la promesa de que lo que te espera… es mucho más que una playa.

Lo entiendes cuando llegas. Aquí el mundo se apaga un poco. No hay chiringuitos. No hay sombrillas. No hay ruido. Solo mar, viento y el sonido de las olas golpeando suavemente las piedras. El nombre no es un recurso poético: es literal. Aquí se viene a escuchar(se).

• Observar desde el mirador superior: Antes de bajar a la playa, detente en el mirador. Es una de las postales más famosas de Asturias. Y créeme, no decepciona.
• Bajar hasta la arena: El camino no es complicado, pero lleva buen calzado. Abajo, el paisaje es otro. Piedras redondeadas, formaciones rocosas que parecen sacadas de otro planeta, y un agua que juega con todos los tonos del azul.
• Pasear entre rocas: Con la marea baja, puedes explorar pequeñas cuevas y pasillos entre las rocas. Eso sí, siempre con precaución.
• Disfrutar del baño (si te atreves): El agua suele estar fresquita (bueno, ¡fría!), pero es tan cristalina que cuesta resistirse.
• Sentarte y no hacer nada: Porque a veces, eso es todo lo que uno necesita.

• Lleva agua y algo de picar. No hay servicios cerca.
• El suelo es de piedra, no de arena: si piensas quedarte rato, lleva una toalla gruesa o colchoneta.
• Mejor evitar la bajada con chancletas. Usa zapatillas cómodas.
• Ve temprano por la mañana o al atardecer. Las luces son mágicas… y hay menos gente.
• Si te gusta la fotografía, ¡prepárate! Cada rincón parece hecho para una postal.

• Ubicación: Castañeras, parroquia de Novellana, concejo de Cudillero (Asturias).
• Aparcamiento: gratuito, al borde del acantilado (plazas limitadas).
• Acceso: a pie (unos 10-15 min. de bajada por senda natural).
• Servicios: ninguno en la playa. En Castañeras hay bares y alguna tienda local.

Desde Cudillero, toma dirección hacia Castañeras, un pequeño pueblo que parece escondido a propósito. Desde ahí, hay un desvío bien señalizado hacia la playa. La carretera es estrecha y serpenteante, ideal para disfrutar en moto. Aparca arriba (hay una pequeña zona para estacionar) y prepárate para caminar.

Sí, el acceso es a pie. Un sendero de tierra y piedra te va bajando poco a poco hasta la orilla. Vas descendiendo, y el horizonte empieza a abrirse: acantilados imponentes, rocas que emergen del mar como esculturas, una cala dorada abrazada por la naturaleza.