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Un lugar donde el cielo se toca con los dedos y las leyendas susurran con el viento
A veces, la ruta no solo te lleva a un lugar… te eleva.
Subir a la Peña de Francia en moto es una de esas experiencias que no se olvidan fácilmente. Curvas que se enroscan en la montaña, paisajes que se abren como abanicos, y un silencio arriba que te mira a los ojos. No exagero si te digo que este es uno de los puntos más sobrecogedores de toda Castilla y León.
En la Sierra de Francia, esta cima es un faro espiritual, un rincón sagrado, y un mirador al mundo.
Sube, respira… y entiende por qué tanta gente vuelve.

Un poco de historia, muchas leyendas
La Peña de Francia, con sus 1.723 metros de altitud, es mucho más que una montaña. Es un lugar de peregrinación desde hace siglos, tras la milagrosa aparición de una imagen de la Virgen al francés Simón Roland en el siglo XV.
En su cima se alza el Santuario de la Virgen de la Peña de Francia, donde todavía hoy se celebran misas, romerías y encuentros espirituales. El conjunto está habitado por una pequeña comunidad de dominicos que mantienen viva la esencia del lugar.
Dicen que la Virgen protege a caminantes, peregrinos y viajeros. Yo, después de hacer la subida en moto y sentarme a contemplar el atardecer allí arriba, empiezo a entender por qué.







Qué ver y hacer en la Peña de Francia
Santuario y monasterio
- Construido en piedra sobre piedra, el monasterio es sobrio, robusto, y tiene unas vistas que cortan la respiración desde su patio interior.
- La ermita de la Virgen, pequeña y recogida, transmite una calma difícil de explicar.
- Capilla de Santiago: al borde del precipicio, guarda también parte de la tradición del Camino de Santiago.
- Se puede visitar la hospedería, el albergue y el museo etnográfico.
El reloj de sol de la Peña de Francia
Tantum nocte sileo, «solo callo de noche»





Miradores infinitos
- Desde la cima se domina toda la Sierra de Francia, parte de Extremadura y hasta Portugal en los días claros.
- Los atardeceres aquí no se olvidan. El sol se esconde detrás del horizonte mientras todo se tiñe de dorado.
Senderismo y naturaleza
- Ruta a la Peña del Huevo, o a La Alberca por caminos tradicionales.
- Observación de aves rapaces: es territorio de buitres y águilas.
- Ideal para fotografía de naturaleza y cielos estrellados (es zona Starlight).




Comer y descansar por la zona
Aunque en la cima hay un pequeño bar y tienda, te recomiendo bajar para saborear bien la gastronomía local.
Opciones recomendadas:
- Casa Petra (La Alberca): tradición pura.
- Mesón El Portalón (Mogarraz): embutidos, carnes a la brasa y vino serrano.
- Restaurante El Balcón del Cielo (Monsagro): vistas, terraza y buen producto.
Dónde dormir
- Hospedería del Santuario: sencilla, espiritual, con mucho encanto.
- La Alberca: opciones para todos los gustos y bolsillos.
- Mogarraz o San Martín del Castañar: perfectos si quieres seguir explorando.
Ruta Mototurística recomendada
Ruta circular desde La Alberca: La Peña de Francia y vuelta entre pueblos serranos
Una de las rutas más emocionantes de la Sierra de Francia. Ideal para un día completo de curvas, historia y panorámicas.
Itinerario sugerido:
- Salida: La Alberca
- Subida a la Peña de Francia (por la SA-203) – carretera estrecha, asfaltada, muchas curvas.
- Parada en la cima – visita al santuario y miradores
- Bajada hacia El Maíllo – curvas abiertas y vistas verdes
- Madroñal y Mogarraz – arte rural, calles de piedra, bodegas pequeñas
- Regreso a La Alberca
Distancia: 60–70 km
Tiempo estimado: medio día – jornada completa con paradas
Mejor momento: primavera y otoño, o cualquier día despejado para disfrutar las vistas
PlanIfica tu ruta
MAPA- Ruta en Moto: La Alberca, Batuecas y Meandro del Melero – Entre valles, miradores y leyendas
Cómo llegar a la Peña de Francia:
- Desde Salamanca: 1h 40 min (90 km)
- Desde Madrid: 3h 30 min
- Carretera SA-201 o SA-203, acceso bien señalizado
- Subida final desde El Cabaco o La Alberca con precaución: estrecha, sinuosa, con pendientes
Descubre el mundo a tu propio ritmo, guíate conmigo!
Con su silencio, su piedra y su cielo abierto, es de esos lugares que uno se lleva en el retrovisor del alma.








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