El cocido madrileño es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española y un símbolo de la cocina madrileña. Su origen se remonta a la Edad Media y, aunque ha evolucionado con el tiempo, sigue conservando su esencia como un plato reconfortante, nutritivo y representativo de la identidad cultural de Madrid.

Se cree que el cocido madrileño tiene sus raíces en la adafina, un guiso sefardí consumido por los judíos en la península ibérica durante la Edad Media. Este plato consistía en garbanzos cocidos a fuego lento con carne de cordero y especias, y se preparaba los viernes para poder consumirlo durante el sábado, el día de descanso en la religión judía.

Con la llegada de la Inquisición y la conversión forzada de judíos y musulmanes al cristianismo, la receta fue evolucionando para incluir ingredientes como el cerdo (tocino, morcilla y chorizo), que servían para demostrar la conversión al cristianismo, ya que eran productos prohibidos en las dietas judía e islámica.

Durante los siglos XVII y XVIII, el cocido se popularizó entre todas las clases sociales, aunque con ciertas diferencias: en los hogares humildes se preparaba con ingredientes más sencillos, mientras que en la nobleza y la burguesía se enriquecía con carnes selectas y embutidos.

En el siglo XIX, el cocido madrileño ya estaba completamente asentado como el plato más representativo de la capital española. Su auge se debió, en gran parte, a la aparición de las primeras fondas y tabernas, que lo servían a los trabajadores y comerciantes como una comida completa y energética. Con la llegada del ferrocarril, Madrid se convirtió en un centro neurálgico del comercio y el cocido se consolidó en la gastronomía de la ciudad.

Fue en esta época cuando se estableció la tradición de servir el cocido en tres vuelcos, una práctica que continúa hasta hoy.

El cocido madrileño es un plato que se disfruta en tres vuelcos, es decir, en tres partes:

1. Primer vuelco: la sopa, preparada con el caldo resultante de la cocción de los ingredientes. Se suele servir con fideos y, en algunos casos, con hierbabuena para realzar su sabor.
2. Segundo vuelco: los garbanzos acompañados de verduras como patata, repollo y zanahoria. También puede incluirse relleno, que es una especie de croqueta elaborada con pan y huevo.
3. Tercer vuelco: las carnes y embutidos, que incluyen morcillo de ternera, tocino, chorizo, morcilla, gallina y a veces jamón o costillas de cerdo.

Este sistema de servir el cocido ha perdurado a lo largo del tiempo y es una de las características que lo diferencian de otros guisos similares en España, como el cocido montañés, el cocido maragato o el puchero andaluz.

Hoy en día, el cocido madrileño sigue siendo un plato icónico de la gastronomía madrileña, servido en tabernas tradicionales y restaurantes de renombre. Cada establecimiento le da su propio toque personal, pero la esencia del guiso sigue siendo la misma.

Desde 2011, se celebra anualmente la Ruta del Cocido Madrileño, un evento gastronómico en el que numerosos restaurantes participan ofreciendo su versión del plato a locales y visitantes. Esta iniciativa ha contribuido a mantener viva la tradición y a hacer que el cocido siga siendo un referente en la cocina de Madrid.

La Ruta del Cocido Madrileño es una iniciativa que reúne a numerosos restaurantes que ofrecen su propia versión de este plato. La edición de 2025 se celebra del 15 de febrero al 31 de marzo, y cuenta con la participación de 42 restaurantes en Madrid y sus alrededores.

Si eres amante de la gastronomía tradicional, la Ruta del Cocido Madrileño es una oportunidad perfecta para descubrir las diferentes versiones de este plato en entornos acogedores y con un servicio excepcional. Además, muchos de estos restaurantes combinan la experiencia culinaria con la historia de la ciudad, permitiendo a los comensales sumergirse en la cultura madrileña.

No pierdas la oportunidad de disfrutar de este manjar en alguna de las paradas de la ruta y vive una auténtica experiencia gastronómica en Madrid.

¡Buen provecho!