Hay lugares que parecen sacados de un cuento, y Costa Nova es uno de ellos. Este rincón pintoresco de Portugal, situado junto al mar, sorprende con sus casitas de colores que parecen invitar a cualquiera a detenerse, descansar y dejarse llevar por la belleza del Atlántico. Como motoviajera, encontrar un lugar tan especial al final de un buen tramo de carretera es como encontrar un pequeño tesoro. Costa Nova es un destino que atrapa y uno que merece ser disfrutado a ritmo pausado, con casco en mano y los sentidos bien despiertos.

Costa Nova se encuentra en la región de Aveiro, a unos 80 kilómetros al sur de Oporto. Puedes llegar desde la A1, desviándote en dirección a Aveiro y siguiendo los letreros hacia las playas. Aunque las carreteras secundarias son una opción, si te encanta el asfalto bien cuidado y con curvas suaves, esta es una ruta que no te decepcionará.

Una vez que te acerques, verás como el paisaje comienza a cambiar, dunas, casas pintadas de rayas y un aire veraniego, incluso si viajas en otoño o primavera. La brisa del mar se siente cerca y el paisaje te va preparando para algo único.

Uno de los detalles que hace tan especial a Costa Nova son sus casitas de madera pintadas de rayas de colores, llamadas “palheiros”. A primera vista, podrías pensar que están decoradas así solo para verse bonitas en las fotos, ¡y vaya que lo consiguen! Pero la historia detrás de estas casas es, como muchas cosas en Portugal, una mezcla de tradición y encanto. Originalmente, estas viviendas se usaban como almacenes por los pescadores locales que venían a vender su pesca diaria. Con el tiempo, la gente empezó a adaptarlas como casas de veraneo, y se les dio esta decoración colorida, que las distingue hasta hoy.

Si llegas a Costa Nova en moto, mi primer consejo es estacionar en algún lugar donde tengas vista al mar, quitarte el casco, y simplemente respirar el ambiente de este sitio tan especial. Pero para aprovechar el viaje, aquí van algunos planes imprescindibles:

• Recorrer el paseo marítimo: Costa Nova cuenta con un malecón de madera que se extiende a lo largo de la playa, ideal para una caminata relajada. Si decides hacer una pausa del motor, este es el lugar perfecto para sentir la arena bajo tus pies y disfrutar de la vista.
• Fotografiar las casitas de colores: No podrás resistirte a tomar fotos de las casitas a rayas; es inevitable. Cada una es única en su estilo y color, y todas tienen su propio encanto. Desde los tonos vibrantes hasta los más suaves, el paseo es un festín visual.
• Probar la gastronomía local: Costa Nova tiene una relación íntima con el mar, así que no te puedes perder de los platos de pescado y marisco fresquísimos. Busca un pequeño restaurante o chiringuito donde preparen el famoso arroz de marisco o unas almejas al ajo y limón. Para un dulce, no dejes de probar los ovos moles de Aveiro, un postre tradicional que sorprende por su sabor y su historia.

Costa Nova puede parecer un pequeño rincón, pero como motoviajera, hay algunas recomendaciones que te serán útiles:

• Mejor época para visitar: Si buscas tranquilidad, evita los meses de verano, cuando la playa se llena de turistas. Primavera y principios de otoño son perfectos para recorrer en moto, con menos gente y temperaturas agradables.
• Dónde aparcar: Aunque Costa Nova es pequeña, cuenta con zonas de aparcamiento cerca del paseo marítimo. Si tienes suerte, puedes encontrar un lugar junto a la playa para estacionar y disfrutar de la vista.
• Equipamiento y ropa: El clima junto al mar puede cambiar rápido. Lleva una chaqueta ligera incluso en verano, y no olvides impermeable si viajas en temporadas de lluvia.
• Rutas recomendadas: Desde Costa Nova puedes continuar la ruta hacia el sur, hacia Figueira da Foz o hasta Lisboa si tienes más tiempo. La carretera costera es una delicia para los motoviajeros, con vistas al mar y buen asfalto en su mayoría.

Costa Nova es mucho más que un lugar bonito; es una ventana a las tradiciones de Portugal, a la historia de los pescadores y a la vida tranquila de los pueblos costeros. Este pequeño rincón ofrece una combinación perfecta de cultura, color y naturaleza, ideal para quienes amamos descubrir lugares con alma.

Así que, si tienes la oportunidad, no dudes en hacer una parada en Costa Nova. Es el tipo de lugar que nos recuerda por qué viajamos en moto: para sentirnos libres, para encontrar sitios que nos roben una sonrisa y para disfrutar de cada kilómetro del camino. Costa Nova te espera, con sus casitas de colores y el sonido del mar de fondo.

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