

Castillo – Palacio Real de Olite
El Trono del Viejo Reino de Navarra
Hoy te voy a enseñar uno de los lugares más mágicos y evocadores de toda Navarra, el Castillo de Olite, también conocido como el Palacio Real de Olite. En esta ruta sobre dos ruedas, exploraremos no solo una construcción medieval de cuento, sino también un rincón donde la historia y la leyenda se mezclan para hacerte sentir parte de un pasado de reyes, doncellas, y caballeros. Así que ajusta el casco, enciende el motor y acompáñame a descubrir el trono del viejo reino.
Un Paseo por el Castillo de Olite
Un Castillo de Cuento
Al llegar a Olite, lo primero que captará tu atención será la imponente figura del castillo, con sus altas torres, murallas recubiertas de hiedra y ventanales que parecen sacados de una novela de caballería. Aparca la moto cerca del casco histórico y camina hacia este gigante de piedra que, a pesar de los siglos, sigue siendo un símbolo de la majestuosidad del viejo reino de Navarra.
El Castillo de Olite fue la residencia de los reyes navarros, especialmente durante el reinado de Carlos III «El Noble». Se construyó en los siglos XIII y XIV, y lo que lo hace especial no es solo su historia, sino la sensación de estar en un verdadero laberinto medieval. Cuenta con torres puntiagudas, patios rodeados de jardines y terrazas con vistas espectaculares a los campos de viñedos que se extienden hasta el horizonte.
Ni el Palacio Nuevo ni el Viejo se construyeron como fortalezas defensivas, sino como lugares de retiro y paz. El Palacio Real de Olite fue uno de los más suntuosos de Europa, orientado al disfrute y la cultura. En tu visita, podrás explorar sus galerías, cámaras reales y jardines, que incluso llegaron a albergar un zoológico de animales exóticos.
«Seguro estoy de que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas.»
Así escribía un viajero alemán del siglo XV en su diario —hoy conservado en el British Museum—, expresando su profunda admiración por este castillo-palacio.


Qué ver en el Castillo de Olite
Si decides visitar el Castillo de Olite, hay algunos lugares dentro de sus muros que no puedes perderte bajo ninguna circunstancia. Aquí te dejo una guía de los puntos clave que harán de tu recorrido una experiencia inolvidable:









El Patio de Armas
Este amplio espacio te da la bienvenida apenas cruzas la puerta del castillo. Era el corazón de la vida cotidiana en la Edad Media. Cierra los ojos por un momento y podrás imaginar el bullicio de soldados, sirvientes y cortesanos.

Las Torres
Sobre las cámaras reales se alzan majestuosas torres, y hay tres que no puedes dejar de visitar:
- La Torre de los Cuatro Vientos: Desde aquí se presenciaban los torneos medievales y hoy regala unas vistas inmejorables del casco urbano de Olite y de los viñedos que se extienden a su alrededor.
- La Torre del Homenaje: Es la más alta y espectacular, ofreciendo vistas impresionantes desde su cima.
- La Torre de las Tres Coronas: Llama la atención por sus formas caprichosas, reflejando el diseño audaz del castillo.
Las Cámaras Reales
Situadas en el núcleo central del castillo, las cámaras reales son el corazón del complejo, alrededor del cual se organiza el resto de las estructuras. Destacan por sus hermosos ventanales abocinados que dejan pasar la luz de manera espectacular, y el encantador Patio del Naranjo, al que se accede desde la Cámara de la Reina. Es un lugar perfecto para sentir la atmósfera íntima de la realeza medieval.
Los Jardines
El castillo cuenta con varios jardines que enriquecen el recorrido:
- Jardín de la Pajarera y Jardín de la Morera: En el Jardín de la Morera encontrarás una morera centenaria, que ha sido declarada Monumento Natural y es uno de los puntos más especiales del recorrido. Estos jardines permiten imaginar la belleza natural que rodeaba la vida del palacio en su época de esplendor.
- Jardín Principal: Se encuentra a la entrada del recinto y en su día estuvo repleto de naranjos, creando un entorno de bienvenida espectacular.
El Pozo de Hielo
En la zona más sombría del castillo encontrarás este curioso pozo, utilizado para almacenar nieve y conservar alimentos durante meses. Lo reconocerás fácilmente por su enorme tapadera, que se asemeja a una cáscara de huevo.


Curiosidades y Leyendas del Castillo de Olite
El castillo está envuelto en leyendas. Se dice que en sus pasillos aún se perciben los ecos de la reina Leonor, la esposa de Carlos III, paseando por las torres cuando el viento sopla fuerte. Algunos aseguran que durante las noches de invierno es posible escuchar los sonidos de una corte en fiesta, un eco fantasmal de los tiempos dorados de Navarra.
Además, el castillo ha sido escenario de muchas películas, lo cual no sorprende, pues su estructura y apariencia parecen hechas a medida para la gran pantalla. Cuando lo visites, quizás sientas que estás en el set de alguna de esas épicas historias de caballeros y princesas.

Qué Ver en Olite
Más Allá del Castillo
Olite no es solo su famoso castillo; esta encantadora localidad tiene mucho más que ofrecerte. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo, y cada rincón cuenta una historia distinta. A continuación, te dejo algunas recomendaciones para que aproveches al máximo tu visita y conozcas otros lugares imperdibles en Olite.
1. Casco Histórico de Olite
El casco antiguo de Olite es una auténtica joya medieval. Perderse entre sus estrechas calles empedradas es una delicia, donde podrás apreciar la arquitectura de siglos pasados con sus fachadas de piedra, balcones adornados con flores y detalles góticos. Los palacetes y las casas señoriales, que pertenecieron a nobles y cortesanos, siguen transmitiendo esa sensación de grandiosidad de antaño.
2. Iglesia de Santa María la Real
Esta iglesia se encuentra justo al lado del Castillo de Olite y es un ejemplo perfecto del estilo gótico navarro. Su fachada, con una impresionante portada decorada con esculturas, es digna de admiración. En el interior, te sorprenderán los altos techos y el retablo mayor, una verdadera obra de arte. La iglesia tiene una atmósfera especial que te envuelve en la espiritualidad de la época medieval.
3. Iglesia de San Pedro
La Iglesia de San Pedro es la más antigua de Olite y destaca por su torre, que se eleva como una especie de faro para quienes recorren la ciudad. Este campanario, con una curiosa mezcla de estilos románico y gótico, es uno de los puntos más reconocibles del perfil de Olite. El interior es igualmente impresionante, con su combinación de elementos antiguos y renovaciones que se han llevado a cabo a lo largo de los siglos.
4. Museo del Vino de Navarra
Si eres amante del vino, el Museo del Vino de Navarra es una parada obligatoria. Ubicado en el centro de Olite, este museo te llevará a través de la historia vitivinícola de la región, explicando los procesos de producción y la tradición que acompaña a los vinos navarros. La visita incluye degustaciones que te permitirán conocer los sabores que hacen únicos a los vinos de esta zona, especialmente los tintos y rosados.

5. Galerías Medievales
Olite también esconde secretos bajo tierra. Las galerías medievales de la ciudad son unos pasajes subterráneos que se utilizaban para almacenar víveres y vino, aprovechando la frescura de las piedras. Hoy en día se pueden visitar y son un buen lugar para aprender más sobre la vida cotidiana en la época medieval, además de sentir la atmósfera fresca y enigmática que ofrecen estos antiguos corredores de piedra.
6. Bodegas de Olite
Olite es el centro vinícola de Navarra, así que aprovechar la visita para conocer alguna de sus bodegas es una excelente idea. Algunas bodegas ofrecen recorridos guiados que terminan con una cata de vinos, donde podrás degustar algunas de las mejores añadas de la región. La Bodega Ochoa y la Bodega Marco Real son dos opciones destacadas, donde los mototuristas podrán disfrutar de un momento relajante tras un día de carretera.
7. Plaza Carlos III el Noble
La Plaza Carlos III es el corazón de Olite. Rodeada de edificios históricos y terrazas acogedoras, es un lugar perfecto para relajarse después de recorrer el castillo y el casco histórico. Puedes sentarte en alguna de las terrazas, tomar un café o un vino, y observar el ir y venir de los lugareños. La plaza tiene un encanto particular, especialmente por la tarde, cuando el sol tiñe de dorado las fachadas y la atmósfera se vuelve mágica.
8. Murallas y Miradores de Olite
Olite conserva parte de sus antiguas murallas medievales, que servían como defensa de la ciudad. Algunas secciones aún son accesibles y ofrecen unas vistas espectaculares de los alrededores. Te recomiendo caminar hasta algún mirador para tener una vista panorámica de los viñedos que rodean la ciudad, especialmente al atardecer, cuando el paisaje se llena de colores cálidos.
9. Palacio Viejo (Parador de Olite)
El antiguo Palacio de los Reyes de Navarra, conocido como el Palacio Viejo, es hoy en día un Parador Nacional. Aunque se ha modernizado para funcionar como hotel, todavía conserva una buena parte de su estructura original y vale la pena visitarlo, incluso si no te alojas allí. Puedes entrar a tomar algo y disfrutar de la atmósfera histórica que emana de sus gruesas paredes de piedra.
10. Feria Medieval y Festival de Teatro Clásico
Si tienes suerte y visitas Olite en el momento adecuado, puedes coincidir con alguno de los eventos que se organizan en la ciudad, como la Feria Medieval (generalmente en agosto) o el Festival de Teatro Clásico. Estos eventos añaden aún más encanto a la visita, con el casco histórico lleno de gente vestida con trajes medievales, puestos de artesanía, y espectáculos al aire libre.




Gastronomía
Un Festín Medieval en Olite
No puedes marcharte de Olite sin disfrutar de su gastronomía. Tras la visita al castillo, te recomiendo que te dirijas a uno de los restaurantes del casco antiguo. Olite es conocido por sus vinos, ya que está en el centro de una importante zona vinícola de Navarra. Prueba un vino tinto local acompañado de cordero asado o unas deliciosas pochas, una variedad de judías típica de la región.
Castillo – Palacio Real de Olite
Una joya medieval única en el mundo.
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Al contemplar sus ruinas, el poeta escribió: “Para el soñador, para el poeta, suponen poco los extragos del tiempo; lo que esta caído lo levanta; lo que no se ve lo adivina; lo que ha muerto, lo saca del sepulcro y le manda que ande, como Cristo a Lázaro”. Bécquer recrea la vida pasada del castillo con una visión mágica:
Una vez la fantasía templada a esta altura, fácilmente se reconstruyen los derruidos torreones, se levantan como por encanto los muros, cruje el puente levadizo bajo el herrado casco de los corceles de la regia cabalgata, las almenas se coronan de ballesteros, en los silenciosos patios se vuelve a oír la alegre algarabía de los licenciosos pajes, de los rudos hombres de armas y de la gente menuda del castillo, que adiestran en volar a los azores, atraíllan los perros o enfrenan los caballos. Cuando el sol brilla y perfila de oro las almenas, aún parece que se ven tremolar los estandartes y lanzar chispas de fuego los acerados almetes; cuando el crepúsculo baña las ruinas en un tinte violado y misterioso, aún parece que la brisa de la tarde murmura una canción gimiendo entre los ángulos de la torre de los trovadores, y en alguna gótica ventana, en cuyo alféizar se balancea al soplo del aire la campanilla azul de una enredadera silvestre, se cree ver asomarse un instante y desaparecer una forma blanca y ligera.
Gustavo Adolfo Bécquer
Cómo Llegar al Castillo de Olite
El Castillo de Olite se encuentra en el corazón de Navarra, a aproximadamente 40 kilómetros al sur de Pamplona. La ruta en moto desde Pamplona es una verdadera delicia. Puedes tomar la carretera N-121 hacia Tafalla y desde ahí seguir las indicaciones hacia Olite. El trayecto de unos 40 minutos te lleva por una carretera de suave ondulación y paisajes que van cambiando entre campos dorados y viñedos.









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