
ESTO ES LO QUE PODRÁS VER EN TU VISITA
El Palacio Real de Aranjuez, una joya de la corona española, es un destino fascinante para cualquier amante del mototurismo y la historia. Este magnífico palacio, ubicado en la pintoresca ciudad de Aranjuez, a solo unos pocos kilómetros de Madrid, ha sido testigo de siglos de historia, intrigas reales y esplendor arquitectónico.
En esta guía de mototurismo, te invitaré a descubrir los secretos y las maravillas del Palacio Real de Aranjuez, mientras recorremos sus impresionantes salas, paseamos por sus exuberantes jardines y nos sumergimos en la fascinante historia que envuelve este lugar único.

HISTORIA DE ARANJUEZ
Su historia se remonta al siglo XVI, cuando Carlos V quedó cautivado por la belleza del paisaje y decidió construir un palacio de recreo en la zona. Sin embargo, fue bajo el reinado de Felipe II cuando el palacio comenzó a adquirir su forma actual, con la influencia de estilos arquitectónicos como el renacimiento español y el barroco.

Durante siglos, el Palacio Real de Aranjuez ha sido un refugio para la realeza española, quienes lo utilizaban como residencia de descanso y como escenario para importantes eventos y celebraciones. Sus magníficos jardines, diseñados con maestría, han inspirado a artistas y poetas a lo largo de los años, convirtiéndose en un símbolo de la belleza y la elegancia del paisaje español.

Los Jardines de Aranjuez son, sin duda, uno de los principales atractivos de esta joya arquitectónica. Estos exquisitos jardines, diseñados con un ingenio y una habilidad extraordinarios, son un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza y la jardinería. Desde elegantes parterres hasta extensos prados salpicados de fuentes y estatuas, cada rincón de los jardines ofrece una nueva sorpresa y una vista espectacular.

La Plaza de San Antonio y la Iglesia de San Antonio son dos lugares emblemáticos de Aranjuez que destacan por su encanto histórico y su importancia cultural. La plaza, ubicada en el corazón de la ciudad, es un animado espacio donde se mezclan la vida cotidiana de los habitantes locales y el turismo. Rodeada de pintorescos edificios y cafeterías, la plaza ofrece un ambiente acogedor y lleno de energía.

Una curiosidad histórica sobre la Iglesia de San Antonio es que fue construida sobre el lugar donde, según la leyenda, San Antonio de Padua predicó a los peces en el río Tajo. Esta conexión con la historia religiosa y la tradición local añade un toque especial a la visita a este hermoso templo.

El Palacio Real de Aranjuez ofrece una combinación perfecta de historia, naturaleza y tranquilidad, convirtiéndolo en un destino imperdible para cualquier motoviajero que busque una experiencia única en España.
¡Prepárate para dejarte sorprender por la belleza de este lugar mágico!
Palacio Real de Aranjuez
El Palacio Real de Aranjuez es un destino único donde historia y belleza se entrelazan en cada rincón. Este magnífico Real Sitio, parte del Paisaje Cultural de Aranjuez reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial, es una joya que cautiva a todo aquel que lo visita.
En esta guía, te llevaré en un recorrido inolvidable por los rincones más destacados del Palacio Real de Aranjuez. Desde sus imponentes salones hasta sus pintorescos jardines, cada detalle cuenta una historia fascinante que te transportará a través del tiempo.


La visita al Palacio Real de Aranjuez se inicia por la Sala de Guardias de la Reina, una habitación situada en el ala Oeste que fue destinada a los Guardias de Corps, encargados de la custodia de los miembros de la familia real.

La escalera imperial, diseñada por Giacomo Bonavia durante el reinado de Fernando VI, es una obra pionera en el barroco cortesano español.

Destaca por sus enormes peldaños de 4,5 metros de una sola pieza de piedra de Colmenar de Oreja. En el primer rellano se encuentran los famosos bustos de Luis XIV, María Teresa de Austria y su hijo Luis de Francia, representando a los abuelos y al padre de Felipe V, primer Borbón español. El segundo tramo de la escalera sorprende con una impresionante balaustrada rococó en hierro forjado, una enorme lámpara de doscientas luces (la primera de gas en España) y una decoración de bóveda que imita maderas cruzadas, elegida por Isabel II inspirada en la decoración de las estaciones de tren que promovió en España.


La Sala de Cena, o espacio para charlar de Fernando VI, cuenta con una decoración magnífica correspondiente a su reinado: el suelo está hecho de estuco, la ornamentación y la bóveda representan las virtudes del rey y su esposa, una obra maestra de Amiconi, acompañada por pinturas de Giaquinto. Durante el gobierno de Carlos III, este lugar formaba parte del Cuarto del Príncipe y más tarde se convirtió en el Comedor. En este espacio se pueden encontrar relojes de Pieter Kenzing, Neerwinden y Lepine, reconocidos relojeros de París, así como consolas de Sabatini. Su suelo, hecho de estuco que imita mármol, es muy delicado, por lo que se recomienda evitar caminar sobre él.


Salón del Baile o Salón Amarillo, adornado durante la época isabelina. Punto central del palacio y ubicado entre las habitaciones de Isabel II y de su esposo, en el medio de la fachada que da hacia el jardín del Parterre. Fue renovado en la era de Isabel II: espejos en marcos elaborados, divanes, etc.

La ornamentación del espejo data del siglo XVIII, al igual que las dos mesas entre los balcones. Sus balcones se abren al parterre y desde el central se aprecia la interminable perspectiva de la calle de las Infantas.


Salón del Trono o de Embajadores, antiguo Comedor de Carlos IV, y de este reinado datan los dos tronos.

De Fernando VII son los seis relojes franceses de época.
Posee bóveda decorada al estilo alegórico del siglo xix.


Esta fabulosa estancia fue la inicial gran creación de la Real Fábrica de Porcelana del Palacio del Buen Retiro, encargada por el Rey Carlos III a Giuseppe Gricci.

Al principio, era una estancia de gabinete adyacente al despacho del rey, y más tarde se convertiría en una sala de conciertos para la Reina Isabel II, con un piano de Collard & Collard, obtenido en la Exposición de Londres, actualmente situado en el cuarto de la Reina.


El dormitorio de la Reina, con muebles de elaborada incrustación y techo simbólico pintado por Zacarías González Velázquez, cuando era estudio de Carlos IV.

El mobiliario sigue el estilo del segundo imperio francés, influenciado por diseños barrocos, especialmente del siglo XVIII, con una exquisita ornamentación de incrustaciones. Estos enseres adornaban la alcoba de Isabel II en el palacio Real de Madrid, pero fueron trasladados de allí en el siglo XIX.


Tocador de la Reina, decorado al gusto Victoriano, se mantiene tal y como quedó después de la campaña decorativa de 1850 – 52.



El despacho de la Reina, de estilo Carlos IV, ya que era el vestuario del abuelo de Isabel II. Sobresale la cúpula al estilo pompeyano pintada al temple por Manuel Pérez, imitando los diseños etruscos renacentistas. Las sillas «pompeyanas» con respaldo en forma de «abanico» se inspiran en los frisos de las residencias de Pompeya y Herculano, aunque adoptan el color y los adornos de la cerámica griega hallada en las excavaciones de Italia. Entre la gran cantidad de cuadros, destacan un bodegón y una representación de la Virgen con el Niño, ambos de origen flamenco del siglo XVII.


El Despacho de Carlos II es una pequeña habitación con vistas al Jardín del Rey. Durante el reinado de Carlos IV, funcionaba como un simple guardarropa, y se rumorea que anteriormente fue tapiada por Felipe V de Borbón. Durante la era de los Austrias, entre los años 1586 y 1700, este espacio servía como despacho real. Felipe IV encargó la decoración de la bóveda con estucos excelentes, aunque el proyecto no se completó y hoy se pueden ver sin pintar.
Velázquez encargó esta magnífica decoración a Giambattista Morelli, un italiano. Los frescos en la bóveda, realizados en 1697, son obra de Luca Giordano, durante el reinado de Carlos II.


Atravesando una de las dobles puertas del Despacho de Isabel II se accede a un pequeño oratorio conocido como Reclinatorio de Carlos IV
El Reclinatorio de Carlos IV es un pequeño oratorio que destaca por la pintura sobre tabla del Cristo crucificado de Mengs, originalmente pintada para el dormitorio de Carlos III.

La hermosa y misteriosa Estancia de los Reflejos o área de vestimenta del Monarca, con forma de bloque cuadrado, fue la habitación de Carlos II, y está ubicada en el ángulo sudeste del Palacio. Su ornamentación corresponde a pinturas mitológicas y alegóricas de Luca Giordano, datadas alrededor de 1696-1697.


En 1742, se tomó la decisión de trasladarla a su ubicación actual, eliminando varios cuartos de Infantes en el proceso. Después de considerar varias opciones y buscando maximizar su volumen, en 1748 Sacchetti logró finalizar su proyecto definitivo. Según este plan, se construyó tal como se mantiene en la actualidad para las generaciones futuras.



La Antecámara del Rey, que da acceso a las habitaciones del Rey consorte Don Francisco de Asís, solía ser el lugar donde los ujieres organizaban las visitas al rey consorte. Las cortinas azules de damasco reflejan el reinado de Isabel II. Destacan dos retratos de los reyes de Nápoles, Fernando IV y María Carolina, pintados por Anton Raphael Mengs, el pintor de cámara de Carlos III. Además, llama la atención un gran cuadro historicista de «El Suspiro del Moro» de Joaquín Espalter. El papel pintado en la sala pertenece a la decoración del reinado de Alfonso XII, posterior a Isabel II, conocida como decoración alfonsina o decimonónica.


El Gabinete Árabe, decorado durante el reinado de Isabel II, está inspirado en la sala de las Dos Hermanas, de la Alambra de Granada. La habitación, de reducidas dimensiones, fue utilizada como sala de fumar.


Capilla de Carlos IV, (Conocida como de la Soberana por su uso en la era de Isabel II), una joya del neoclasicismo del palacio, diseñada y erigida por Francisco Sabatini y Juan de Villanueva, adornada con yeserías, obras de bronce y pinturas de Bayeu y Maella. Tanto las obras pictóricas como los murales hacen referencia a la Virgen y a los apóstoles, así como a relatos bíblicos relacionados con la Virgen.


Cámara del Rey o Pieza de Música, destacan en esta habitación la colección de cuadros de Luca Giordano, magnifica evocación en uno de ellos del estilo de Tintoretto. También encontramos relojes, piano, y detalles decorativos de la época de Fernando VII.


Primera Saleta Gemela, también conocida como Salón de Billar, alberga la mesa de billar de Alfonso XII, quien era un apasionado del juego y lo compartía con Fernando VII. Las taqueras datan de la época de Fernando VII. Esta sala, junto con la Segunda Saleta, formaba parte del Consejo de Estado o sala de gobierno durante el reinado de Fernando VII.

Segunda Saleta Gemela, destinada al descanso, está amueblada al estilo fernandino. En ella se encuentra un retrato de Isabel II y pequeños retratos de sus hijos, acompañados por un busto de su esposo.
EXPOSICIONES PALACIO REAL DE ARANJUEZ
En este museo, se exhiben una variedad de objetos utilizados por diferentes reyes borbones, incluyendo elementos de las épocas de Fernando VII, Carlos III, Carlos IV, Isabel II y Alfonso XII. Se destacan las vajillas personalizadas, las cunas del siglo XIX, uniformes militares, trajes de Alfonso XII, capas de órdenes, así como una silla de montar y trofeos hípicos pertenecientes a este rey. Entre las piezas más destacadas se encuentra el gran manto regio de la Reina Victoria Eugenia. También se puede admirar el sillón utilizado por el Rey Alfonso XIII durante su enfermedad en Roma, hasta su fallecimiento en 1941.
El vestido de boda de Doña Leticia Ortiz, junto con los trajes de novia de la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina, está expuesto de forma permanente en el Palacio Real de Aranjuez.





Finalizando la visita, en la última sala del museo, se encuentra un coche de caballos negro y una diligencia utilizada por Isabel II, con varios baúles dispuestos ante ella.


Jardines Reales de Aranjuez
Considerados los más bellos de su época, estos jardines han sido fuente de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia, desde el compositor Joaquín Rodrigo hasta el pintor Santiago Rusiñol.
Alrededor del majestuoso Palacio Real de Aranjuez se encuentran varios jardines históricos, cada uno reflejando un estilo único de acuerdo con la época y los gustos del monarca que los mandó crear.

El Jardín del Parterre, creado en la época de Felipe V en el siglo XVIII, presenta un diseño francés con una fuerte influencia de la geometría y la uniformidad, a cargo del arquitecto Marchand. Se combina la tradición francesa con elementos del manierismo, logrando un efecto de jardín cerrado mediante la disposición de un canal.

En el siglo XIX, se añadieron elementos románticos al jardín, como la Fuente de Hércules y Anteo, de Isidro González Velázquez, y se introdujeron juegos de curvas en los parterres, creando senderos sinuosos y isletas de vegetación.

Este jardín se integra armoniosamente en el espacio de Aranjuez, actuando como un área de transición entre el palacio y la ciudad, con puertas que se abren hacia las calles del tridente este. La delimitación sur con el río Tajo y la norte con la plaza de San Antonio contribuyen a este equilibrio entre el orden y la naturaleza.
En el jardín del Parterre destacan tres fuentes: la primera dedicada a Hércules y Anteo junto con sus columnas en las que se puede ver inscrito “Non Plus Ultra”, detrás de ella la de Ceres y al final la de las Nereidas.

El Jardín del Rey, establecido durante el reinado de Felipe II en el siglo XVI, adopta la forma de un giardino segreto, una tipología de jardín italiano. Este jardín, situado dentro del complejo del Palacio de Aranjuez, permanecía oculto a la vista detrás de la fachada del palacio, con la galería meridional y una pared al este como límites norte y sur, respectivamente.

Originalmente, el jardín estaba plantado con naranjos, en referencia a la tradición hispanomusulmana. La arquitectura circundante influye en la proporción y la simetría del jardín, con elementos renacentistas como la capilla y una fuente de jaspe verde, creada por Roque Solario en 1583, ubicada en el centro del diseño vegetal. La galería abierta en el flanco residencial del palacio proporciona un punto de acceso al jardín, desde donde el rey podía contemplarlo en su totalidad.




Ubicado al norte del Jardín del Parterre, el Jardín de la Reina ofrece una experiencia única. A diferencia del Jardín del Rey, este espacio se puede recorrer a pie y sirve como enlace entre El Parterre y el Jardín de la Isla. Con su encanto único y su atmósfera serena, el Jardín de la Reina te invita a explorar cada rincón y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.
Los Jardines de Aranjuez, cuenta con especies florales de todas las partes del mundo.

Es un ejemplo de jardín renacentista italoflamenco. Se entra a él mediante el Parterre. Se conoce así por estar rodeado por las aguas del río Tajo. En su lado sur se halla distanciado del Palacio Real por una ría artificial que da forma a la reconocida Cascada de la Castañuelas, creación de Santiago Bonavía.

El diseño del Jardín de la Isla se centra en un eje central rodeado por compartimentos rectangulares divididos en cuadrados. Las intersecciones de los ejes principales con el eje central están marcadas por plazoletas con fuentes. Antiguamente, en los siglos XVI y XVII, la calle central estaba cubierta por túneles de moreras y enrejados de madera, conocidos como galerías, que desaparecieron en el siglo XVIII con la influencia francesa.
A lo largo del río, la isla se extendía hacia una lengua de tierra que se ampliaba con los sedimentos del Tajo. En 1729, Felipe V ordenó la construcción de un mirador sobre el río, fortificando los muros del cauce para proteger el jardín de las crecidas. Esta sección, llamada La Isleta, fue construida entre 1731 y 1737 por Leandro Bachelieu, basándose en el proyecto de Esteban Marchand. Los puentes sobre la ría y el Tajo fueron construidos por Santiago Bonavía. Durante el reinado de Carlos III, los grandes bancos de piedra alrededor de las plazoletas con fuentes fueron diseñados por Sabatini.








En el pintoresco entorno del Jardín de la Isla, cerca de la ría y a la izquierda de la fuente de Venus, encontrarás un peculiar obelisco de ladrillo del siglo XVII que coloquialmente conocemos como «la chimenea». Su singular apariencia nos hace llamarlo así, pero su función es mucho más intrigante de lo que parece. Este obelisco en realidad es una chimenea de equilibrio en términos hidráulicos, es decir, un respiradero de presión. Su objetivo era evitar posibles daños en el sistema de conducción de agua del embalse desde el Mar de Ontígola hasta las fuentes del Jardín de la Isla en caso de obstrucción en la tubería de plomo. Este ingenioso diseño, junto con otros similares, garantizaba la estabilidad del sistema al liberar la presión acumulada.

El Jardín del Príncipe se encuentra al noreste del Palacio, siendo el jardín privado más extenso de Europa, con 150 hectáreas, y destaca por su riqueza botánica.

Su nombre se debe a Carlos IV, que lo mandó construir cuando todavía ostentaba el título de Príncipe de Asturias, conservando elementos anteriores, como la huerta de la Primavera y el embarcadero de Fernando VI.


Uno de los elementos que fundamentan la declaración de Aranjuez Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad son las Huertas Históricas, los sotos y paseos arbolados.

¡Si eres un amante de los pavos reales, no puedes perderte una visita a los Jardines de Aranjuez! Aquí, estos majestuosos pájaros de plumaje vibrante conviven en perfecta armonía con la naturaleza y los visitantes. Es una experiencia única poder admirar su belleza mientras paseas por los exuberantes jardines de este maravilloso lugar.





Destacado
Un tesoro histórico que nos transporta a los días de esplendor de la monarquía española en los ríos y estanques de los Sitios Reales. Esta colección única, nos ofrece una fascinante mirada a las aficiones náuticas de los reyes de España a lo largo de los siglos.
Encuentra tu canal de difusión preferido:
Aranjuez está al sur de la Comunidad de Madrid, cercano a la carretera de Andalucía (A-4), siendo la vía más directa desde la capital al Real Sitio de Aranjuez. Para llegar, debes salir de la carretera en el kilómetro 50 y seguir las indicaciones hacia el centro de la localidad.

Dirección:
Pl. de Parejas, s/n
28300 Aranjuez, Madrid (Comunidad de Madrid)
Aparcamiento:
Gratuito.
En la entrada al Palacio Real de Aranjuez está incluida la visita al Museo de Falúas
Tarifa básica 9 €
Tarifa reducida 4 €
Tarifa gratuita 0 €
Los miércoles y domingos de 15:00 a 18:00 h, entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea, residentes y portadores permiso de trabajo en dicho ámbito y ciudadanos iberoamericanos, previa acreditación de nacionalidad.
MAPA – Palacio Real de Aranjuez y Jardines Reales
— Paulo Coelho